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Tres o cuatro cosas

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Pasá que te cuento - Miriam Venezia® Todo lo que necesitás son tres o cuatro cosas. Amar, compartir, escuchar, recibir. Para lograrlas, un gran espejo que te muestre de cuerpo entero. Mirarte y reconocerte, valorarte y a los demás. Saber que cada uno es único en su impronta y que el secreto está en sumar.   Miriam Venezia 17/08/2025  

Esta es

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Pasá que te cuento - Miriam Venezia® Esta es mi realidad, la que intento compartir, con un abrazo a tu llanto o una sonrisa feliz, escuchando tu silencio, sin apremios por decir.   Esta es nuestra amistad, sin exigencias ni juicios, sin suponer actitudes, distancias o algunos dichos.   Esta es, por la confianza, el amor y el conocernos, y si no podemos vernos con la frecuencia deseada, somos libres y sabemos que estamos… …y eso nos basta.   Miriam Venezia 17/08/2025

La Sombra y El Golpe

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Pasá que te cuento - Miriam Venezia® En medio de la noche escucho el golpe en mi ventana y el sonido de la sombra, como un impetuoso viento, desplazándose hacia mí. Me encuentro reclinada sobre el flanco derecho y me invade en un abrazo pesado e inmovilizante. No sé si estoy despierta o soñando profundamente. Sé que me sorprende, no llega a asustarme. La siento, espero, surge la calma, con la convicción de que no puede dañarme. Me entrego y en un instante vuelvo a descansar en una experiencia de fortaleza y paz.   Miriam Venezia 17/08/2025

Qué nos da el día que perdure en la noche

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Pasá que te cuento - Miriam Venezia®   ¡Tantas cosas llegan a mi mente con esta pregunta!! El día declina y me dispongo al descanso. Mi cuerpo cansado se entrega en el lecho tibio y confortable, que me abraza y contiene como un amigo que comparte el silencio. Silencio de voces y ruidos callejeros. Mi mente no comprende ese ritmo. Mientras me concentro para conservar las cosas vividas bajo el sol, su cháchara feliz y entusiasmada vence a mi cuerpo ya relajado y no contenta con eso me persigue hasta mis sueños que, como un filtro, rescata caricias y aromas, colores y risas que elije para mí regalándome una noche de reparación y un despertar apacible y feliz.   Miriam Venezia 17/08/2025

Volver a elegir

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Pasá que te cuento - Miriam Venezia® Pedro tiene 22 años y hace varios que vive solo. Le gusta mucho encontrarse con amigos; a veces guitarreada en el parque y posterior juntada a comer una pizza, otras, charla con picada y cerveza o cena en casa de alguno de ellos. En definitiva, siempre se acuesta muy tarde y al día siguiente le cuesta mucho levantarse temprano para ir a trabajar. Si bien es responsable con los horarios y sus tareas, no lo es tanto con su persona. Duerme poco y en horarios diversos; por momentos la monotonía en la oficina le trae no deseados estados de modorra y cansancio, que supera gracias a su juventud y al café, aunque con bastante esfuerzo. Con un atisbo de madurez que comienza a instalarse en el grupo, los encuentros comienzan a ralearse. Pedro, afortunadamente no es la excepción y experimenta un profundo cuestionamiento que da inicio a una nueva etapa de reordenamiento en su vida. En medio de sus pensamientos asume que es tiempo de desempolvar la est...

Esa sonrisa

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Pasá que te cuento - Miriam Venezia ® Por invitación de Mauro Enrique Lopez Z. a participar del poema fusionado Esa sonrisa que ostentas y que puedes regalar puede cambiar el mal día de alguien al contemplar que transmite comprensión, luz, alegría y paz y la esperanza en que El Sol siempre tras la nube está, para darnos calidez, abrigo y gran bienestar para hacernos comprender que Su Abrazo es acercar a todos en el camino que debemos transitar, saber que no estamos solos... ¡la tormenta pasará!!   Miriam Venezia 17/07/2025

Una caricia llena de esperanza

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Pasá que te cuento - Miriam Venezia® Esa mañana salió decidida a comprar ese atuendo que había visto en una vidriera cerca de la oficina y que usaría en la reunión del fin de semana. Era un hermoso día de sol y a pesar de sus amplios anteojos, al llegar al local tuvo que arrimarse pues el reflejo le impedía ver si el conjunto seguía en la vidriera. Una adrenalina invadió su cuerpo, se sintió muy rara, respiró hondo y se dispuso a entrar. Se dirigió a la caja, ya la conocían, y pidió un lugar para sentarse, —creo que me bajó la presión. Isabel arrimó una silla. Ya repuesta, se acercó a la vendedora, y le pidió el conjunto en su talla y en color azul, se lo probó y decidió comprarlo. Se dirigió nuevamente a la caja para abonarlo y volvió a sentirse mareada. Esta vez, la encargada la llevó a su oficina y le ofreció un vaso con agua. —Sé que no somos precisamente amigas, pero… ¿puedo hacer algo por vos? Alicia, bajando la guardia, se quitó los anteojos y necesitó contarle s...

Hasta pronto

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Pasá que te cuento - Miriam Venezia® Eduardo era un muchacho solitario y muy reservado. A los dieciocho años se quedó solo, su familia había fallecido en un trágico accidente, motivo por el cual había aprendido a sobrevivir buscando trabajo aquí y allá. Luchaba constantemente para sobreponerse a su tristeza e incertidumbre contenidas, que llevaba a cuestas como la mochila de un trotamundos. Trabajaba para una empresa en la parte administrativa y le iba muy bien, hasta había conseguido un ascenso a jefe de área. Hacía tres años que no se tomaba vacaciones ya que no sabía a dónde ir. Tenía algunas relaciones, aunque no las consideraba amistades. No estaba listo para abrir su corazón y espíritu a los demás. Meditaba mucho sobre su situación personal, y se dio cuenta de que era suficiente autocompasión, que honraría mejor a sus padres y hermana aprendiendo a ser feliz. Ese año, también por cansancio y obligación, se tomó la licencia acumulada. Decidido a superar su estado d...

El privilegio de ser cuentista

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Pasá que te cuento - Miriam Venezia ® Había una vez… es la frase que, desde niños creaba en nosotros la expectativa de algo fantástico, la que nos disponía al silencio y la quietud de escuchar. Sabíamos que entrabamos en el túnel de un cuento, con la gran incertidumbre de sumergirnos en lo desconocido, navegando por la alegría y la tristeza, el miedo, la empatía, la gratitud, el amor. Era como saltar a las páginas de un libro, y ver de cerca a los personajes; incluso, a veces convertirnos en ellos. En lo personal, siento que seguía viviendo como algunos de ellos. Muchos escriben, algunos son escritores. ¿Cuál es para mí la distinción? Los que escriben se convierten en escritores en el momento en que sienten la necesidad de compartir sus letras. En mi caso, intento aportar algo que considero valioso para brindar un servicio a los demás. Si lo que escribo moviliza a alguien y observan algo esperanzador y prometedor para sus vidas, mi propósito estará cumplido. Me encantaría a...

Aroma de hogar

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Pasá que te cuento - Miriam Venezia®  Eran los años sesenta. Irene y Cristian eran un matrimonio joven recién llegados de un pueblito llamado Esperanza ubicado en la provincia de Cordiale, muy alejado de la ciudad. Al llegar a la gran metrópoli sintieron el vértigo de sumergirse en las fauces del intenso ruido del tránsito y el permanente ir y venir de gran cantidad de gente. Era intimidante tratar de conversar con alguien desconocido. Necesitaban llegar a la dirección impresa en la tarjeta de la inmobiliaria. Decidieron tomarlo con calma y se sentaron en un pequeño pero cálido bar, donde un amable mozo se acercó a preguntar qué iban a tomar. Como casi era mediodía, pidieron una pizza y una gaseosa que compartirían. Al recibir su orden, y aprovechando su buena disposición, le preguntaron a él cómo llegar a la dirección de la tarjeta. Con muy buena disposición les indicó que caminaran tres cuadras y al cruzar la calle encontrarían la parada del colectivo 39; debían bajar en ...