La Tormenta
Amaneció nublado y se escuchan algunos truenos que se sienten amenazadores. Eso lo intimida un poco... mas, desde hace tiempo, está cansado de que siempre le digan lo que tiene que hacer, de los estrictos horarios que tiene que cumplir, de la poca atención que le prestan cuando más lo necesita. -Hoy es el día -piensa. -Es ahora o nunca -se repite. Después de desayunar, tomó su mochila y guardó en ella unas pocas pertenencias y algunos alimentos. Astuta y sigilosamente, aprovecha el momento de esparcimiento, en que cada uno está concentrado en lo suyo, abre y cierra la puerta con cautela, cruza el jardín y extrañamente encuentra el portón abierto. Ya afuera, el cálido sol y el viento de esa mañana acarician su rostro, eso hace que se sienta bien, como en otro mundo. Camina. Se propone no mirar atrás, pero cada tanto se da vuelta y observa, como esperando un milagro; comprueba que ya casi no se ve su casa, y que nadie lo sigue. Siente una mezcla de inquietud y tristeza, aunque no más pr