Alicia y sus amigos
Es hermoso volver a jugar, de vez en cuando, con los recuerdos o la imaginación.
Alicia es una niña dulce y un poco solitaria. Sus momentos libres consisten en jugar con sus muñecos, a los que quiere especialmente, como si fueran familia. Y en realidad lo son, son sus amigos de juegos, con quienes pasa gran parte de su día. Cuando hacía frío, su mundo se limitaba al ámbito de su habitación, pocas veces invadía el resto de la casa. Y cuando sucedía, su mamá le decía que, al finalizar, todos volvieran a la habitación, cada uno a su lugar, para así, tener lindos sueños.
Cuando Alicia se iba al colegio, se despedía de ellos con una sonrisa,
que sus amigos parecían responder como diciendo: - aquí te esperamos!! –
Un
día, Alicia volvió con una compañerita, con quien debía realizar una tarea. La
llevó a su habitación y le dijo:
-
Marita, te presento a mis amigos!! – y así fue nombrándolos uno por uno. –
Ellos son: Goloso el oso, Coca la foca, Juancho el lagarto, Claudio el gallo, Paulina
la gallina y su
hijito, Polito el pollito, Paca la vaca, Braulio el dinosaurio, Polilla la
ardilla y esta es Rosa… ya adivinaste?... sí, Rosa es la pantera. Y cuando no
estoy, quedan al cuidado de el hada Anastasia y el duende Gervasio -.
Llegó
el verano, casi terminaban las clases… y una vez, cuando Alicia se disponía a
acostarse, la mamá entró en su cuarto para darle un beso, y desearle dulces
sueños. Antes de salir, abrió un poquito la ventana, para que entrara el aire
fresco de la noche, sin sospechar que… también entraría algo más…
Pasado
un rato, una señorita muy aseñorada, redondita ella y muy iluminada, hizo
entrar el brillo de su hermosa luz plateada por la ventana. Buscaba a su amiga
Anastasia, quien abriendo los ojos le regaló una amplia sonrisa.
–
Hola Luna!! – dijo bajito el hada.
- Quieres
salir a jugar conmigo? – dijo su amiga.
- Shhhhhh!! -, dijo Anastasia, susurrando y señalando a la niña que dormía muy tranquila– no puedo, cuando Alicia duerme, soy la encargada de velar su sueño y el de todos nuestros amigos -.
- Y
no te cansas de cuidarlos toda la noche? –
- No,
porque tengo la compañía de Gervasio!! –
- …
hummmmm… y si los invitamos a todos a jugar en el parque con nosotras? -
- Excelente
idea!! –
Anastasia
tocó suavemente con su varita a cada uno de los muñecos que, como con pereza,
fueron despertando uno a uno. Por último, se acercó a la niña y suavemente le
preguntó si los acompañaba.
Alicia
sintió su cuerpo como una pluma que descendía entre árboles y flores y vio a
todos sus amigos.
Luna
envió un rayo a la punta de la varita de Anastasia, que reflejó, como un arco
iris, luces de todos colores sobre el parque.
Allí
bailaron y corrieron y jugaron toda la noche.
Hasta
que Claudio, por su naturaleza, comenzó a cantar. – quiquiriquiiiiiiiiii!!
En
ese momento vieron asomar un, no menos hermoso, rayo de luz dorada, y sintieron
cómo sus cuerpos, pesados y somnolientos, se elevaban como flotando.
Alicia comenzó a sentir una suave y dulce voz que la llamaba.
Cada vez la sentía más
cerca, hasta que una suave brisa rozó su frente. Con esfuerzo abrió sus ojos y:
-
Hola mamá!! Estuve en el parque anoche – se apuró a decir - y estaba todo
iluminado con luces de colores!! –
- Es
hermoso tener lindos sueños, pero ahora hay que levantarse e ir al colegio –
Alicia estaba un poco confundida… y se dijo a sí misma que, seguramente, su mamá tenía razón al creer que le contaba un sueño.
Rápidamente se
vistió y se encaminó hacia la puerta, y antes de cerrarla, se dio vuelta para
saludar a sus amigos…
y
sintió un dejo de nostalgia… quizá desilusión.
A
media mañana, la mamá de Alicia fue a asear su cuarto y le llamó la atención
ver la ventana abierta de par en par…
Hubo
una sonrisa y un guiño de ojos, entre Anastasia y Gervasio…
O me
lo habré imaginado… ??...
Miriam Venezia
19/11/2020
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