La niña y el cisne
Siempre pensando en vos!!
Sentada en aquel muelle y solitaria
contemplaba el ancho mar
y te pensaba
recordando con angustia
renovada
aquel día en que, en el
barco te dejara.
Quedó el grito
prisionero en mi garganta,
pues, te hacías pequeña
con el tiempo,
tornándose en sonrisa
resignada
al escuchar tus ecos en
el viento.
Por la tarde, siempre en
el muelle sentada
esperaba ver el barco de
regreso
y con sorpresa veía en
el horizonte
su pequeña silueta
recortada.
-Estás ahí!! … no te has
ido!!-…
me dice el corazón y,
esperanzada
oigo al viento que me
trae desde lejos
tu sonrisa y el calor de
tu mirada.
Pero un día, y de
repente,
creyendo que ya no
estaba,
con ímpetu, claro y
fuerte
surgió el grito en mi
garganta.
Para decirte: -te
extraño,
volvé, … me haces falta.
De pronto … silencio … una
brisa calma …
y escucho muy suave tu
voz que me habla.
-No grites, te pido, perturbas
mi alma,
porque siempre he estado
cerca,
y yo también te miraba
allí sentada en el
muelle,
pensativa y muy callada.
Y te digo Gracias, por
estar conmigo
por estar cuidando tan
bien nuestra casa
y aunque no me veas, sentime
en tu alma
hasta que, a la cita acudamos
ambas. -
Y un velo se cae, limpia
mi mirada
y el mar… ya no es mar …
y veo en el agua,
luz y transparencia
iluminan mi cara.
Y apostado frente a mí un
hermoso cisne blanco,
me mira, y me hace
sentir que siempre estará a mi lado.
Siento paz y la certeza de
que volveré a encontrarlo,
cada tarde aquí, en el
muelle, para seguir conversando.
Miriam Venezia
10/11/2020
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