Darme cuenta
Esto va dedicado a
todos, sin distinción. Claro, está escrito desde mi óptica, pero no pretendo
imponerla, sino expresar mis reflexiones de la manera en que puedo y llego a
ellas.
Me despierto y
conservo nítida tu imagen en mi memoria.
Y me pregunto:
-cómo es que todavía no te dediqué unas letras?
Para qué no dediqué
tiempo para manifestar mis sentimientos sobre vos?
Quizá elegí dejarlo en el subconsciente y así diferir algunos planteos y reflexiones, probablemente por miedo a enfrentarlos.
En este momento
estoy en condiciones de elegir mirar, aprender, y hacerme cargo, sabiendo que
implica esfuerzo y sobre todo compromiso.
Es claro para mí
que es momento de iniciar, me levanto y elijo escribir sobre vos y relegar mi
rutina.
Así te miro: descubro
amor, silencio, humildad, obediencia, confianza, sacrificio, entrega, Fe.
Qué poco se dijo
sobre tu vida, pero sos el mejor regalo que he recibido, y así contar con un
Ejemplo para seguir El Camino hacia La Verdad y La Vida. Sos el mejor
testimonio de El Ser y El Amor que, creo, todos queremos alcanzar.
Constantemente te manifiestas, generosa, maestra, madre.
A tu lado comienzo
a mirar más allá de lo que veo.
El camino implica
sacrificios, trabajo, lucha, para poder llegar a la meta, a la felicidad.
Es una invitación a
meditar mucho sobre esto, a darme cuenta de que Tu Hijo, pudiendo mostrar la
riqueza que nos espera al final del recorrido, prefirió vivir como nosotros y
entre nosotros, someterse al máximo sacrificio. En lugar de legarnos el relato,
nos mostró cómo llegar, dio el ejemplo. El ejemplo de quien tiene todo y lo
entrega con el único propósito de compartirlo. Para también enseñarnos que la
riqueza no satisface por sí sola, sino cuando se comparte.
Para llegar a eso
hay que aprender a valorar Su legado, tan grande que no alcanzo a comprender.
Sólo el intentarlo me supera.
Pero ahora puedo
ver claramente que no necesito entender para sentir la dimensión de Su Amor,
que excede el corazón y el alma, y no hablo de la humanidad, sino de cada ser
vivo en el Universo, al que con su muerte dio Vida. Y con ella la Esperanza.
Como guía y luz
para recorrer este camino nos dejó a Su Madre, también como nuestra Madre, que,
por tener Fe en el mensaje, sin cuestionar Su Voluntad, tiene el privilegio de
conocer El Reino. En su entrega entendió que su misión es enseñarnos y
acompañarnos, que, si no se comparte, la felicidad se diluye y deja la tristeza
de quedarse en el camino. Pienso necesariamente en una elección personal.
La satisfacción que
se siente al final del día, esa sensación de cansancio con una gran felicidad,
se da cuando trabajamos mucho y nos esforzamos para poner un poquito más de
nosotros, con la intención de que sea un buen trabajo y sirva para que el Gran
Engranaje funcione bien. Cualquiera sea la tarea, es tan importante que sin
ella no se completa el día. Y alguien no se dormirá con esa satisfacción, y
mucho menos despertará al mundo que desea, si no se da cuenta de que su tarea es
parte importante e imprescindible, y la realiza dejando lo mejor de sí.
No es cierto que no
somos imprescindibles, lo somos, y todos en la misma medida.
La tarea de cada
uno se puede continuar, pero no tendrá la misma impronta, eso hará que el mundo
se vaya modificando. Y según elijamos hacer bien o no nuestra parte, puede que
el camino se alargue o se bifurque… o nos confunda…
Allí aparecerá Mamá
para alcanzarnos una vela y el mapa original, luego se pondrá a nuestro lado
para seguir acompañándonos con su amor de siempre.
Por supuesto, somos
libres y debemos hacernos cargo de nuestras elecciones. Elecciones que tomamos
a cada instante y decidimos seguir.
Hagamos consciente
que todo, hasta prepararnos un mate o un café, es nuestra decisión y elección.
Hagámonos cargo de
ellas, en definitiva, de nuestras propias acciones, de nuestra vida.
Sepamos que vamos a
equivocarnos, y está bien que así sea, si lo capitalizamos en aprendizaje.
Para qué perder el
tiempo en enojarnos?
Invirtamos esa
energía en aprender.
Y aquí cito a mi
Coach Sergio Campos… “no se cometen errores, se cometen aprendizajes…” él y
Marcela Urti me enseñaron a ser Coach Ontológico, y no solamente a hacer
Coaching.
Trato de desterrar
la palabra culpa de mi vocabulario. Prefiero responsabilidad, hacerse cargo de
las propias acciones y sus consecuencias a sabiendas de que las habrá para mí y
para los demás. Y, en consecuencia, el hacerse cargo conlleva el aprendizaje de
no buscar responsables afuera. Cada uno se hará cargo de lo que le corresponda
y buscará reparar el costo de sus aprendizajes.
En eso consiste el
verdadero crecimiento, el que nos eleva como seres únicos e irrepetibles, el
que nos permitirá dejar huella en los demás, el que nos dará trascendencia.
Es lo que pienso y
siento, no es verdad!!
Aclaración (por última
vez):
la última frase, a veces con algunas modificaciones, la adopté robándosela a mi Coach, con previo aviso, según consta en la página 60 de mi libro Pasá que te cuento!! Gracias!!
Miriam Venezia
03/12/2021
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