La obra sin fin
Pasá que te cuento - Miriam Venezia (Marca Registrada)
Era una gran, hermosa y perfecta sala de teatro, y estaba
colmada de público, entre quienes había muchos entusiastas.
Al abrirse el telón, se produjo un profundo silencio; el
escenario estaba iluminado por un haz de luz que venía desde arriba; también
desde allí comenzaba a descender el actor principal, cuyo arnés era
imperceptible ya que, a medida que descendía, la luz se hacía cada vez más
intensa.
Al tocar el suelo con sus pies, el escenario se iluminaba
de tal forma que ofrecía una vista casi gloriosa, y también inundaba toda la
sala, llenándola de colores, producto del reflejo de anteojos y joyas de los
presentes.
La representación está basada en un libro que es parte
de, quizá, la más grande obra literaria que se haya escrito.
Y así comenzó, con lo que era casi un monólogo del actor
principal, interrumpido apenas, con esporádicas intervenciones del resto del
elenco, que aportaban cuestionamientos, dando así el pie para la continuidad
del monólogo.
Esa parte del libreto, sorprendentemente, parecía captado
de la curiosidad que se iba generando en el público; era llamativo y asombroso,
tanto, que atrapaba absolutamente mi atención.
El desarrollo fue cautivante y generó una interesante
interacción con la gente, cuya participación, por supuesto, fue voluntaria, y a
la cual me dejé llevar.
A muchos no les interesó; en mi caso, sentí que era
difícil, pero elegí hacerlo.
Casi naturalmente nos encontramos inmersos en lo que
percibí como una intrigante y a la vez fascinante realidad.
Toda la sala se convirtió en un gran escenario; resultaba
difícil distinguir quiénes eran los actores y quiénes el público.
En esa especie de fusión, no pude dejar de notar algo muy
interesante...
al finalizar, algunos de los actores, encandilados por
los reflejos de colores, no volvieron al escenario...
y, como fenómeno inverso, muchos de nosotros, experimentando
deseos de continuidad, no volvimos a las plateas...
Se dice que en la sala se escucha, cada tanto, el rumor de
las voces de los actores perdidos y el público que no participó diciendo: - “ojalá
se repusiera la obra, para poder volver a ella”.
Quizá llegará un tiempo en que todos comprendamos que
depende de cada uno de nosotros la elección de volver.
El Primer Actor, quien también es el Director de esta
obra, siempre estará dispuesto a incluirnos.
Sólo se necesita buscar el libreto original... o
acercarse a aquellos que lo mantienen vivo...
Miriam Venezia
16/06/2023
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