La difícil tarea de crecer

Estoy en medio de un bosque de árboles altos, hermoso, que me inspira a avanzar, disfrutarlo, descubrirlo. Siento una inmensa alegría por recorrerlo. Todo mi ser, racional y espiritual, está lleno de felicidad y un enorme agradecimiento por el regalo de la vida. 

La luz del Sol se las ingenia para llegar hasta mí en delgados rayos que se filtran a través del espeso follaje; cada uno ilumina un pedacito de sendero, que recorro con la confianza de Su guía.

Este es mi bosque.

Comprendo que se necesita estar en soledad para apreciar el entorno y, a la vez, se siente una gran necesidad de compartirlo. Voy en busca del encuentro.

Se siente egoísta guardar la experiencia y el aprendizaje que conlleva.

Intento compartir, sabiendo que todo es relativo a quien lo recibe; sólo con la convicción de que es muy bueno para mí y el deseo de que lo sea para alguien más. 

Cada día trato de volver a la soledad del bosque, buscando encontrar el sendero.

Cada tanto se instala una especie de niebla que no me deja avanzar, me confunde y hasta me provoca un instante de miedo, también angustia por no ver por dónde seguir, me frena. En esos momentos pienso en que el Sol está por encima y así consigo moverme, aunque sea a los tumbos. Y esa especie de ceguera momentánea también aporta algo positivo, me confronta con mis decisiones y mis fuerzas para continuar la búsqueda de una manera diferente. Me enseña que nada es definitivo, que no puedo relajarme.

Aprendo que la visión es personal, mas el camino es mejor compartido.

La convivencia es todo un desafío; en mí, abrirse por defecto, ser confiable, saber que no siempre se interpretan las intenciones, intentar aunar maneras de ver, respetar lo que no se comparte y, a la vez, tener la capacidad de mantener las relaciones tanto como las convicciones, confiar y soportar sentirse defraudado. Escuchar, compartir, acompañar.

Amar y ser amado.

Busco el refugio de la escucha que me posibilita expresar mis dudas en voz alta, la calidez de las palabras que me renuevan la esperanza, y la mano que me sostiene y me acompaña.




Miriam Venezia

10/01/2024




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