De dónde vengo

Pasá que te cuento - Miriam Venezia (Marca Registrada)

Como muchos dirían, soy porteña.

Nací en Villa Luro, Buenos Aires (actualmente C.A.B.A.)

Mis abuelos paternos eran italianos y heredé un apellido que me encanta ya que evoca el romanticismo de las góndolas. A veces lo escriben mal y eso me fastidia, más aún cuando intento que lo corrijan y me dicen –“es lo mismo”.

Para mí no lo es, porque me da mucho orgullo que se escriba como en Italia, seguramente por el orgullo que siento por mis padres y mi ascendencia.

Mi abuelo materno, también italiano, se casó con una señorita uruguaya descendiente de españoles.

Abundan en mi mente y mi corazón hermosos recuerdos de infancia, jugando con los amigos en la calle... al carnaval, a la rayuela, o armando una fogata...

Vivíamos en una casa con una ancha vereda, que en verano albergaba a mis padres y vecinos en una amplia rueda nocturna, donde circulaba el mate, mientras los chicos jugábamos a las escondidas en la calle.

¡Qué hermosa época!! Mi hermana y yo crecimos allí junto a mis primos.

La familia de mamá es de Trenque Lauquen, muy numerosa. Una de mis primas, de entre los más de cuarenta primos hermanos, se vino a la capital con ella, ambas se casaron y construyeron juntas sus familias en esa casa. Vivimos todos juntos hasta que los cuatro fuimos adolescentes; en todo ese tiempo jamás las escuché discutir. Era como tener dos mamás y tres hermanos. ¡Fui muy feliz!! Luego nos separamos, sólo en espacio.

Con los años me casé, comencé a formar mi familia, y nacieron mis dos hijas; y ya Buenos Aires se había convertido en un gran bullicio de vehículos y gente.

Por ese motivo decidimos mudarnos a Capitán Sarmiento, que conocimos por visitar a una amiga que se había mudado aquí unos años antes.

A veces salía en su auto y, a pesar de conocernos a las dos, algunos nos confundían, al punto de reclamarle por no haberlos saludado... era muy divertido. Al año siguiente comencé a trabajar en el hospital local y más de uno me llamaba con su nombre. Creo que eso facilitó el mutuo conocimiento entre los sarmientenses y yo.

Hoy tengo tres hijos, dos mujeres, y un varón, que es el más chico y es “sarmientero”, como cariñosamente me gusta decir.

Aquí creció mi vida y mi familia.

Si bien amo Buenos Aires y, sobre todo, a los familiares y amigos que allí dejé, creo que este es mi lugar; aunque estoy abierta al cambio ya que siempre pienso que “lo mejor está por venir”.

Quizá es que vivo con la ilusión de que mi vida sea mejor y también la de mi familia.

Que vivo con la ilusión de mejores posibilidades, para poder viajar y estar con cada uno de ellos de vez en cuando.

Quizá es que vivo con la ilusión de que mis letras lleguen a más personas.

Me gusta pensar que es mi contribución para la reflexión, para inspirar a los demás a encontrar su propio camino.

Y si eso se diera, me gustaría entregarme en un abrazo con una humanidad que elija el amor por los demás, para quienes las palabras compartir, respeto, igualdad, juntos, cobren nuevo significado y esto se multiplique.

Pueden pensar que soy ilusa, pues sí, tengo ilusión por un mundo mejor, amparada en la esperanza y aceptación en Aquel que todo lo puede, intentando contribuir con lo mejor de mí.

 






Miriam Venezia

10/05/2024

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