Aquí conmigo
Aquí estoy conmigo intentando hacerme un reportaje, que asumo será para
mí muy interesante y esclarecedor.
Me pongo en contexto.
Marzo de 2020, pandemia de COVID.
De golpe se paralizó el mundo, y particularmente el país, con excepción
de los servicios esenciales como Hospitales, Policía, Bomberos.
Aprendimos a usar barbijos e incluso a hacerlos, a higienizar todo lo
que entraba en la casa, incluyendo a las personas, su calzado y su ropa, eso en
el indispensable caso de tener que recibir a alguien.
Las personas de más de sesenta años, estuvimos particularmente
confinadas. Para muchos fue un año nefasto, ya que el aislamiento fue casi
total. Hubo muchas muertes solitarias. Mucha tristeza.
Otros tuvimos la fortuna de tener a mano alguna tecnología, que nos
permitió cierta comunicación.
-¿Qué comentario podés hacer
sobre este resumen?
-Lo primero que viene a mí es
un sentimiento de tristeza y empatía por las personas que murieron sin la
compañía de algún ser querido, y por aquellos que no pudieron despedirlos.
Cierta impotencia, mezclada con un poco de bronca, por sentir que el
manejo político de la situación, nos dejó encerrados más tiempo del necesario.
Y agradecimiento a Dios por darme cuenta y haber tenido el privilegio
del aprendizaje.
-¿De qué te diste cuenta?
-Sentí que nada ni nadie es
indispensable.
Que todos somos únicos e irrepetibles, y otros podrán hacer lo mismo que
cada uno de nosotros, pero nunca igual. Cada quien tiene su impronta, que mejora
o denigra las acciones que son producto de nuestras decisiones, y nadie más es
responsable por ellas.
-¿Qué aprendiste?
-A valorarme y confiar en mí. Que no es
fácil hacerlo solo, aunque no imposible.
Que al asumir que todos pueden enseñarme algo se abren nuevas
posibilidades.
Que tengo que accionar para lograr lo que quiero, que nadie lo hará por
mí y que está bien que así sea.
-¿Qué posibilidades se abrieron
para vos?
-Son muchísimas las puertas que
se abrieron ante mí. Conocí mucha gente, encontré muchos amigos. Con varios de
ellos prendí a relacionarme mejor, a dar y recibir.
Y juntos, a acompañarnos y potenciarnos generosamente, y producto de eso
crecer mucho, en lo personal y también en el aspecto profesional. Fue una etapa
muy rica e intensa, ya que disponíamos de mucho tiempo para dedicarle a esos
encuentros que supimos utilizar provechosamente.
-¿Qué sucedió cuando terminó el
aislamiento?
-De a poco, fui asomando a la
nueva realidad. Extrañaba los abrazos, que algunos fuimos recuperando
lentamente. Los encuentros virtuales se fueron modificando, mas no se
perdieron; cambiaron en su formato y frecuencia y, conservando la continuidad,
seguimos acompañándonos y creciendo.
Como comencé a escribir, estaba muy habituada a estar conmigo, y cuando
empecé a sentir la necesidad de socializar, buscando la manera de disfrutar al
máximo, ingresé al coro, y a partir de ahí, gracias a un compañero coreuta,
ingresé en su Taller de Escritura Creativa. Ambos
me regalan muchas satisfacciones.
-¿Qué aportarías como
conclusión?
-Para mí fue una etapa de
crecimiento y muchísimas satisfacciones y logros, personales y profesionales.
Soy una persona muy privilegiada, feliz, que recibe constantemente
regalos invaluables.
Aprendí a estar abierta a escuchar, compartir y acompañar.
¡Estoy muy agradecida a La Vida y a quienes la comparten conmigo!!
26/11/2024
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