Un sopapo de realidad

Pasá que te cuento - Miriam Venezia (Marca y Logo Registrados)

Algo interrumpió la cena y casi sin sentirlo, llegó al cuartel para cumplir su guardia, la que cubre con gusto y vocación.

Apenas tuvo tiempo de ponerse el uniforme. Sonaba la no muy apreciada sirena, y no por su sonido, que en ciertas ocasiones es signo de festejo o muestra de respeto, sino porque la mayoría de las veces trae aparejada alguna tragedia.

Corriendo junto a varios de sus compañeros, completó su atuendo antes de subir al camión que salió de la estación con prisa y mucha prudencia.

Ya cercanos a su destino, se veía una densa nube de polvo provocada por el estrepitoso derrumbe en aquel estacionamiento.

Al bajar del camión evaluaron el lugar al tiempo de ser informados de la situación. La mitad de la planta baja había cedido dejando dos personas atrapadas en el subsuelo.

Sin pérdida de tiempo, y por indicación de su superior, él y otro bombero se colocaron los arneses necesarios y se deslizaron hacia abajo por uno de los huecos.

Al encontrar a las víctimas, sus rostros de terror los miraron con desesperación, que de a poco se tornó en esperanza al oír un empático “todo estará bien”.

Solicitaron dos camillas que aseguraron con destreza, y lentamente, cada una fue izada hasta dejar a salvo a los damnificados, quienes rápidamente fueron trasladados al nosocomio local.

Ambos siguieron sorteando los pequeños pero continuos desprendimientos de la estructura, mientras sus compañeros realizaban rápidas y eficientes maniobras para subirlos.

Terminadas las tareas, llenos de satisfacción y alegría y no menos cansancio, volvieron a la estación.

Después de limpiar la unidad, ducharse y dejar todo listo para el siguiente llamado, se relajaron y compartieron unos mates.

De pronto un apagón general.

Ya se disponía a encender una luz de emergencia cuando escuchó el comentario más triste y desalentador:

   -¡No, te vas a quemar, yo lo hago! Además, ya es hora de acostarse, mañana es día de trabajo y escuela.

Fue como un sopapo de realidad.

“Ya tengo nueve años y todavía no confían en mi habilidad para encender una vela, ¿cómo puedo pretender que tomen en serio mi deseo de convertirme en bombero”?

 

Miriam Venezia

22/03/2025



 

 


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