El privilegio de ser cuentista
Sabíamos que entrabamos en el túnel de un cuento, con la gran incertidumbre
de sumergirnos en lo desconocido, navegando por la alegría y la tristeza, el
miedo, la empatía, la gratitud, el amor. Era como saltar a las páginas de un
libro, y ver de cerca a los personajes; incluso, a veces convertirnos en ellos.
En lo personal, siento que seguía viviendo como algunos de ellos.
Muchos escriben, algunos son escritores.
¿Cuál es para mí la distinción?
Los que escriben se convierten en escritores en el momento en que sienten
la necesidad de compartir sus letras.
En mi caso, intento aportar algo que considero valioso para brindar un
servicio a los demás. Si lo que escribo moviliza a alguien y observan algo esperanzador
y prometedor para sus vidas, mi propósito estará cumplido.
Me encantaría además ser una buena cuentista.
Según creo, todos los cuentistas, son escritores, mas no todos los
escritores pueden ser cuentistas.
Siempre admiré la inteligencia, la imaginación y, sobre todo, la capacidad de quienes pueden transmitir a través de las letras; a los que logran que el cuento nos eleve y transporte a otra dimensión, y mientras dura, el entorno se borronee y a veces desaparezca.
Admiro su aptitud inventiva y ocurrente, que logra estimular nuestra
capacidad de asombro.
Las letras no sólo instruyen, también educan, acrecientan el conocimiento e impulsan la apertura hacia un universo amplio y diverso, nos ayuda a darnos cuenta, a conocer a los demás, a entender que puede haber tantas ideas como personas, nos induce a la humildad de saber que hay que sumar.
Nos ayudan a crecer y madurar, y a darnos permiso para cambiar las ideas y
las actitudes a cada paso de nuestras vidas.
Esto es lo que siento y pienso hoy.
Ojalá, mañana pueda sumar algo más que me impulse a seguir buscando.
También me gustaría ser cuentista, capaz de hacer disfrutar el blanco frío
de la nieve del invierno, el perfume de las flores de la primavera, la calidez
del sol del verano y el placentero crujir de las hojas amarillas del otoño.
Seguiré buscando, alimentando la esperanza en la posibilidad de lograrlo.
Miriam Venezia
24/06/2025
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