Cómo se puede perder una amistad
Esta es una reflexión “en voz alta” tratando de entender las relaciones, y lo comparto con la esperanza de sumar otras perspectivas y aprender de ellas.
Quizá, al conocer otra persona, se genera cierta empatía, y si ambas
experimentan interés, procuran nuevos encuentros para conocerse y, al darse
cuenta de que se agradan mutuamente y lo que pueden compartir, se hacen amigas.
Podría decirse que, sumando algunos ingredientes, sucede parecido cuando se
encuentra una pareja.
Y hoy quiero entender la amistad y qué sucede cuando ciertos parámetros se
modifican, como cuando alguno de los dos empieza a suponer en lugar de
preguntar, y comienza a perder la confianza.
¿Qué sucede para que alguien desconfíe de su amigo de muchos años y no
considere preguntar directamente?
Observo a la persona de la cual se desconfía.
Comienza percibiendo actitudes que difieren de lo que ha sido la amistad
hasta entonces; ¿el camino a seguir es manifestar al otro la sensación de que
algo se modificó, con intención de recibir honesta y francamente lo que motiva
esas actitudes?
A veces, la otra persona no lo tiene claro, o no está preparada para
enfrentarlo, o no sabe cómo. Todo eso es entendible.
Lo que no comprendo, es la negativa a enfrentarlo juntos, y confiar en que
pueden salvar una relación de años.
Quizá cree haber puesto todo para construir, y se plantea qué hizo para
provocar eso en su amigo.
Por eso necesita la oportunidad de la conversación a corazón abierto.
En lo personal no puedo cambiar los sentimientos por un amigo de tantos
años.
Tampoco puedo entender que esté dispuesto a tirar por la borda la relación.
Después de muchos intentos sin respuesta, decide, en lugar de apartarse,
dar un paso al costado, para darle tiempo y espacio al otro, sintiendo que
estará ahí si se necesita.
Quizá, una falla sea su actitud incondicional y que el otro no sea
consciente de eso, entonces, ante el incumplimiento de alguna de sus
expectativas, su pata en esta relación comienza a aflojarse y perder estabilidad.
Cuando quiero a alguien y lo considero amigo, mi entrega es total, y
deposito en ella toda mi confianza; doy por sentada la buena voluntad de sus
acciones y si algo me hace sentir mal, lo expreso buscando despejar cualquier nebulosa
que pueda empañar la relación. Y si creo haber cometido algún error, lo
enfrento, sin especulaciones.
Que quiera a alguien, significa que lo conozco y acepto como es, y pienso
que es recíproco.
Sé que todos somos diferentes, por eso asumo que las relaciones se
construyen día a día, mas si el amor es verdadero, todo se puede conversar y
llegar a un acuerdo.
Y si hay motivos para dejar esta relación, hay que enfrentarlo y contar con
la aceptación y respeto del otro.
Cuando eso no sucede me pregunto, ¿acaso su confianza no era tal? ¿en tanto
tiempo no se dio cuenta de que se puede decir abiertamente lo que sea para
resolverlo juntos?
¿Acaso hay que dejar que la relación se vaya diluyendo?
¡No me parece!! Y no se trata de tener razón o no, o que esté bien o mal.
Cada persona tiene una historia y una consciencia que hacen que actúe de
determinada manera, tiene sentimientos y pensamientos propios.
Cuando se construye una amistad, es de a dos.
También es de a dos si alguna circunstancia hace que esa amistad deba
terminar.
Creo que hay que darse la oportunidad de que todo sea claro y cada uno
pueda hacerse cargo de lo que le corresponde, aceptando y respetando sus
respectivas decisiones.
Es lo que siento y pienso, y está sujeto a revisión, no es verdad.
Miriam Venezia
03/03/2025
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