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Mostrando las entradas de julio, 2025

Volver a elegir

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Pasá que te cuento - Miriam Venezia® Pedro tiene 22 años y hace varios que vive solo. Le gusta mucho encontrarse con amigos; a veces guitarreada en el parque y posterior juntada a comer una pizza, otras, charla con picada y cerveza o cena en casa de alguno de ellos. En definitiva, siempre se acuesta muy tarde y al día siguiente le cuesta mucho levantarse temprano para ir a trabajar. Si bien es responsable con los horarios y sus tareas, no lo es tanto con su persona. Duerme poco y en horarios diversos; por momentos la monotonía en la oficina le trae no deseados estados de modorra y cansancio, que supera gracias a su juventud y al café, aunque con bastante esfuerzo. Con un atisbo de madurez que comienza a instalarse en el grupo, los encuentros comienzan a ralearse. Pedro, afortunadamente no es la excepción y experimenta un profundo cuestionamiento que da inicio a una nueva etapa de reordenamiento en su vida. En medio de sus pensamientos asume que es tiempo de desempolvar la est...

Esa sonrisa

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Pasá que te cuento - Miriam Venezia ® Por invitación de Mauro Enrique Lopez Z. a participar del poema fusionado Esa sonrisa que ostentas y que puedes regalar puede cambiar el mal día de alguien al contemplar que transmite comprensión, luz, alegría y paz y la esperanza en que El Sol siempre tras la nube está, para darnos calidez, abrigo y gran bienestar para hacernos comprender que Su Abrazo es acercar a todos en el camino que debemos transitar, saber que no estamos solos... ¡la tormenta pasará!!   Miriam Venezia 17/07/2025

Una caricia llena de esperanza

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Pasá que te cuento - Miriam Venezia® Esa mañana salió decidida a comprar ese atuendo que había visto en una vidriera cerca de la oficina y que usaría en la reunión del fin de semana. Era un hermoso día de sol y a pesar de sus amplios anteojos, al llegar al local tuvo que arrimarse pues el reflejo le impedía ver si el conjunto seguía en la vidriera. Una adrenalina invadió su cuerpo, se sintió muy rara, respiró hondo y se dispuso a entrar. Se dirigió a la caja, ya la conocían, y pidió un lugar para sentarse, —creo que me bajó la presión. Isabel arrimó una silla. Ya repuesta, se acercó a la vendedora, y le pidió el conjunto en su talla y en color azul, se lo probó y decidió comprarlo. Se dirigió nuevamente a la caja para abonarlo y volvió a sentirse mareada. Esta vez, la encargada la llevó a su oficina y le ofreció un vaso con agua. —Sé que no somos precisamente amigas, pero… ¿puedo hacer algo por vos? Alicia, bajando la guardia, se quitó los anteojos y necesitó contarle s...

Hasta pronto

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Pasá que te cuento - Miriam Venezia® Eduardo era un muchacho solitario y muy reservado. A los dieciocho años se quedó solo, su familia había fallecido en un trágico accidente, motivo por el cual había aprendido a sobrevivir buscando trabajo aquí y allá. Luchaba constantemente para sobreponerse a su tristeza e incertidumbre contenidas, que llevaba a cuestas como la mochila de un trotamundos. Trabajaba para una empresa en la parte administrativa y le iba muy bien, hasta había conseguido un ascenso a jefe de área. Hacía tres años que no se tomaba vacaciones ya que no sabía a dónde ir. Tenía algunas relaciones, aunque no las consideraba amistades. No estaba listo para abrir su corazón y espíritu a los demás. Meditaba mucho sobre su situación personal, y se dio cuenta de que era suficiente autocompasión, que honraría mejor a sus padres y hermana aprendiendo a ser feliz. Ese año, también por cansancio y obligación, se tomó la licencia acumulada. Decidido a superar su estado d...

El privilegio de ser cuentista

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Pasá que te cuento - Miriam Venezia ® Había una vez… es la frase que, desde niños creaba en nosotros la expectativa de algo fantástico, la que nos disponía al silencio y la quietud de escuchar. Sabíamos que entrabamos en el túnel de un cuento, con la gran incertidumbre de sumergirnos en lo desconocido, navegando por la alegría y la tristeza, el miedo, la empatía, la gratitud, el amor. Era como saltar a las páginas de un libro, y ver de cerca a los personajes; incluso, a veces convertirnos en ellos. En lo personal, siento que seguía viviendo como algunos de ellos. Muchos escriben, algunos son escritores. ¿Cuál es para mí la distinción? Los que escriben se convierten en escritores en el momento en que sienten la necesidad de compartir sus letras. En mi caso, intento aportar algo que considero valioso para brindar un servicio a los demás. Si lo que escribo moviliza a alguien y observan algo esperanzador y prometedor para sus vidas, mi propósito estará cumplido. Me encantaría a...